...el camino que lleva de vuelta a casa...

...érase una vez una habitación. Azul. Allí vivieron, murieron, crecieron y se cumplieron muchos sueños, promesas y deseos. La habitación azul es ese lugar que tenemos todos en alguna parte del mundo para escondernos, para escribir, para sentir o dejar de sentir, para recordar, para olvidar... y para volver a soñarlo todo...

...érase que un día, un rayo de luz alcanzó la habitación inundándola de nuevos colores, arrancando algún misterio, descubriendo nuevos rincones e iluminándolo todo. Aquella habitación, azul, que era y es de color azul, con tanta luz, pasó por un momento a ser de un color nuevo, casi mágico, que sólo me atrevo a describir como Ultravioleta. Este blog es el recuerdo de aquel momento, la suma de todos esos momentos... sed bienvenidos...

2 de julio de 2010

De vuelta a la habitación azul

Me ha vuelto a suceder.
En las últimas semanas me he vuelto a sentir apátrida, "stateless" dirían en inglés," sin hogar" que digo yo a veces, sin ese lugar en el que uno se siente en casa. Ya sabéis.
Soy feliz sobradamente, y me llena lo que hago, pero he vuelto a perder "el camino que lleva de vuelta a casa". Esta vez no ha sido culpa mía. Lo prometo.

A veces es duro no sentirse de ningún sitio y tener el sentimiento de que no se pertenece a nada. Vivo lejos de la tierra que me vio crecer. A veces esa distancia se agrava. Vuelvo y me siento forastero. Reconozco a la gente que me espera, y ellos me reconocen a mi, pero es sólo un encuentro esporádico y a veces doloroso. Del lugar que provengo ahora las cosas no son mucho mejor, aún me siento extranjero, a veces, hasta por el idioma.
Mi corazón, mi mente, mis recuerdos y mis pensamientos se reparten entre demasiados sitios, y eso lo hace todavía más difícil. Recuerdo que hace un par de años por estas fechas sentí lo mismo: "no tengo casa", "no tengo gente" y viajé mucho en, por aquel entonces ya sentenciado opel astra, mi coche. Y de entre todos los sitios, toda la gente, todas las camas en las que dormí ese verano, y fueron muchas; Conducir mi coche de un sitio a otro fue el único lugar en el que me sentía de verdad en casa.

Entre tanto, vuelvo a mi habitación azul que inspiró este blog. Vuelvo a mis horarios insomnes buscando aprovechar mis noches. Vuelvo a recordar a mucha gente que quizá me esperen para un rato de amistad franca o para una compartir una cerveza. Recuerdo a otra gente, todavía más, estoy seguro, que ni me esperan, ni me recuerdan. Da igual. Hoy empieza la vida otra vez, y aquí en la habitación azul vale todo.

1 comentario:

  1. Y posiblemente vuelvas a sentirlo en el futuro pero la experiencia te va diciendo que es algo normal y en cuanto te adaptes todo vuelve a su cauce. Eres tú, la persona, lo que cuenta, no el lugar y las personas que vayan entrando y saliendo de tu vida tal vez tengan destinado otros caminos.
    No te voy a hablar de mí que para eso es tu blog, pero también viví en un par de ocasiones esta sensación que comentas ahora y la verdad es que entristece, pero tu adaptación es grande y pasará pronto. Un abrz.

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